martes, 15 de junio de 2010

Mi abuelo era un Innovador

Un buen día me llamo un buen amigo, Rafael González socio y director de la prestigiosa consultora People Excellence, para invitarme a participar como ponente en unas jornadas sobre innovación interna en la empresa, para 80 directivos de una multinacional.

Al igual que a mi, habían invitado al director de Recursos Humanos de Microsoft, a un Director General de ONO y al Presidente de QUITER.

El primero desarrolló su ponencia sobre la innovación en la gestión, atracción y retención del talento. El segundo hablo sobre la innovación en la marca y el último sobre los procesos de innovación para expandir la empresa a mercados emergentes en América del sur.

Por contraste, yo les podía hablar de mi trayectoria como emprendedor, como aplicaba procesos innovadores en el día a día, muchos disruptivos, para conseguir ser competitivo en un mercado complejo.

Inicié mi presentación, la primera diapositiva decía: MI ABUELO.

Sobre eso les quería hablar, murmullos en la sala y luego expectación. No quería más que provocar interés sobre la relación entre la innovación y mi abuelo.

Uno de los objetivos marcados por la consultora, era conseguir que los directivos entendieran que la innovación no requiere del diseño de "chimes" tecnológicos, que hay muchos modelos de innovación, que los más importantes son aquellos que generan pequeños cambios dentro de nuestras organizaciones, y que la mayoría de las veces se consiguen gracias a innovaciones disruptivas.

Quería acercarles el concepto de la innovación mediante una vivencia personal, para desmitificarlo como proceso complejo, el cual se encuentra al alcance de cualquier directivo.

Transcurría el año 1941, mi abuelo Alfonso, junto con mi abuela Trinidad y su primer hijo recién nacido, vivían en una pequeña localidad de la provincia de Albacete llamada Minaya, la cual por aquellos entonces no sobrepasaba los 3500 habitantes. Era de profesión ferroviario y trabajaba en el mantenimiento de los vagones de tren.

Como todo ser humano con inquietudes, quería mejorar su vida y la de su familia. Decidieron trasladarse a vivir a Alcázar de San Juan, nudo ferroviario por excelencia del sur de España y con una población de 25.000 habitantes.

Como era de esperar, mejoró su puesto de trabajo y su salario, sus hijos podían ir a mejores colegios y la unidad familiar se integraba en una mayor estructura social.

Al igual que toda moneda, esta nueva vida tenía su cara y su cruz. Vivían de alquiler, cinco pesetas al mes en el número 9 de la calle Churruca y como toda familia humilde, haciendo equilibrios para llegar a fin de mes.

Cada vez que salía de su casa, justo en frente de su puerta, veía un solar liego; poco más que piedras y malas hierbas. Imaginaba su propia casa, construida con su esfuerzo pero ¿Cómo podría afrontar aquel reto? si a duras penas podía pagar las cinco pesetas de alquiler de su casa.

Cambios, innovación, problemas conocidos, variables a despejar. Comprar un solar, hacerse la casa, ¿Cómo iba a pagar todo aquello?

Habló con la dueña del solar y convino un pago mensual hasta la liquidación de la deuda, mientras él, con sus propias manos, construiría la casa.

Riesgo, inversión, retorno incierto, punto de equilibrio... podríamos aplicar un sin fin de términos normalmente aplicados a la evaluación de una startup, pero estaba decidido, haría adobe ( http://es.wikipedia.org/wiki/Adobe ) con el barro y la paja que se encontraba dentro del solar y los vendería a albañiles y otras personas que necesitaran construirse sus propias casas, por aquellos entonces hecho bastante habitual.

Modelo muy sencillo, materia prima muy barata y gran demanda.

Como era de esperar, la competencia se hizo presente. Un vecino copió el modelo de negocio y empezó a restarle cuota de mercado.

Innovación. Sustituyo un elemento tradicional en la fabricación del adobe, como es la paja, por viruta de madera. Conseguía un ladrillo de barro más compacto y duradero, se rajaba menos.

Gracias a esto se granjeo una mayor reputación, mejoro el modelo productivo y la diferenciación le permitió cobrar el nuevo ladrillo por encima de los precios de mercado, absorbiendo con creces el coste de la única materia prima que le costaba dinero.

Con el tiempo construyó su propia casa, pago el solar a la buena señora y mejoró significativamente la vida de su familia.

Cambios, innovación, mejoras, adaptación, lectura del entorno, del mercado, de la competencia, empeño, sacrificio, tolerancia al riesgo y un largo etc. que no hacen más que describir facultades, actitudes y competencias que todo directivo ha de observar en su día a día. Que decir si eres emprendedor!!!

Paralelizando sobre este ejemplo de mi abuelo, como si fuera papel de calco, les hable de mi experiencia y mi proyecto empresarial.

Nací en Alcázar de San Juan, contaba con 14 años cuando nos trasladamos toda la unidad familiar a Santander, entre otras cosas para tener mejores y mayores oportunidades...... pero esta es otra historia y será contada otro día.

Mi abuelo era un innovador y como habéis podido leer, solo aplicó talento, esfuerzo y lógica. Os animo a recorrer este camino, en el que seguro nos encontraremos.

Gran parte de mi impronta emprendedora está marcada por mi abuelo, que por encima de innovador, se caracterizó por ser una excelente persona.

2 comentarios:

  1. Hola,
    Somos una rama del árbol genealógico Murat Meco. Mi tatarabuelo se llamaba Alfonso Murat y mi abuela Francisca Arias ambos de Alcazar de San Juan. Mi abuelo se llamaba Victoriano Murat Arias y mi abuela Natividad Meco Camacho. Nos gustaría saber si vuestro abuelo tuviera alguna relación familiar. Estamos reconstruyendo el árbol con otros primos ya que hay muchos silencios . Mi mail de contacto es aortizmurat@gmail.com. Mi nombre es Amparo Ortiz Murat y vivo en Lyon actualmente. Atentamente,
    Amparo Ortiz Murat

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  2. Hola,
    Somos una rama del árbol genealógico Murat Meco. Mi tatarabuelo se llamaba Alfonso Murat y mi abuela Francisca Arias ambos de Alcazar de San Juan. Mi abuelo se llamaba Victoriano Murat Arias y mi abuela Natividad Meco Camacho. Nos gustaría saber si vuestro abuelo tuviera alguna relación familiar. Estamos reconstruyendo el árbol con otros primos ya que hay muchos silencios . Mi mail de contacto es aortizmurat@gmail.com. Mi nombre es Amparo Ortiz Murat y vivo en Lyon actualmente. Atentamente,
    Amparo Ortiz Murat

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